En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, el pasado 19 de septiembre, el Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu manifestó que “luego de 70 años, el mundo está abrazando a Israel, e Israel está abrazando al mundo”.

¿A qué se refería? A que muchos países están despertando ante las infinitas posibilidades de colaboración con Israel en áreas tales como agricultura, manejo del agua, tecnología, seguridad e integración social. Sin embargo, horas después, sus premonitorias palabras cobrarían un nuevo sentido.

Ese mismo día, México, país al que Netanyahu había visitado antes de llegar a Nueva York, sufrió un devastador terremoto. Un sismo de 7.1 grados en la escala Richter derrumbó edificios y puentes, causando más de 300 muertos y miles de afectados. Entonces, el abrazo al que se había referido Netanyahu en sentido figurado se transformó en un abrazo real, de hermanos: el primer ministro ordenó el envío de rescatistas y ayuda humanitaria de forma urgente.

Los 71 soldados e ingenieros israelíes que llegaron a México tras el terremoto desplegaron herramientas de avanzada, pusieron en práctica sus doctrinas de respuesta ante catástrofes y fueron infatigables en la búsqueda de sobrevivientes. Hombres y mujeres con sus distintivos cascos amarillos aunaron fuerzas con cientos de profesionales y voluntarios mexicanos y extranjeros. El puño en alto fue el símbolo que los unió a todos.

El Secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, despidió a los israelíes con sentidas palabras: “A horas del sismo, el Primer Ministro Netanyahu ofreció a México su ayuda inmediata. Nuestros vínculos hoy son más profundos. Reconocemos especialmente que los rescatistas de Israel vinieron a México en los días en que se celebra el Año Nuevo Judío, Rosh HaShaná. De corazón, gracias”. El día anterior al terremoto, en un encuentro con el Comité Judío Americano (AJC) en paralelo a la apertura de sesiones de la Asamblea General de la ONU, Videgaray se había referido a las ya cálidas relaciones entre México e Israel.

Pero no fue ésta la primera vez que los rescatistas israelíes llegaron a México. Exactamente 32 años atrás, Israel envió una delegación de especialistas en catástrofes tras el devastador terremoto de 1985, que dejó más de 3.000 muertos. Desde entonces, si bien el Estado Judío ha enviado rescatistas a lugares tales como China, India, Kenia y Estados Unidos, muchas de sus misiones internacionales tuvieron como destino a países y territorios de América Latina: Argentina (1994), Perú (2007), Ecuador (2016), Paraguay, Perú, Colombia y Puerto Rico (2017), asistiendo a miles de damnificados tras catástrofes naturales, atentados terroristas o accidentes.

Hace algunos años tuve la oportunidad de visitar la base Tzrifín en Israel donde entrenan los rescatistas del ejército. En una demostración quedó en evidencia la destreza y sofisticación técnica que los profesionales israelíes poseen. “Aquí enseñamos cómo enfrentar situaciones de catástrofe, desastres naturales o atentados terroristas”, le explicó el Tte. Cnel. Itay Peleg a los presentes. “Lamentablemente, Israel tiene mucha experiencia en el manejo de este tipo de crisis. Hemos acumulado mucho conocimiento que queremos compartir con los países amigos”.

El director general del Centro Nacional de Prevención de Desastres de México, Carlos Miguel Valdés González, entregó a los rescatistas israelíes una medalla conmemorativa por la ayuda brindada, y les dijo: “Pueden llevar en sus corazones el afecto y agradecimiento de México. 122 millones de mexicanos y mexicanas recordarán las imágenes de ustedes rescatando a nuestros hermanos, a nuestros padres, a nuestros hijos y a nuestros amigos. Muchas gracias a ustedes”.

Fue en México en donde se manifestaron con toda contundencia las palabras proféticas de Isaías “serás luz entre las naciones”. Cada piedra que removieron y cada vida que lograron salvar los rescatistas israelíes fueron la puesta en práctica de este mandamiento que inspira al pueblo judío desde los tiempos bíblicos, que es un compromiso con la humanidad.

¡Fuerza México!



Patricio Abramzon es Director Asistente para Medios en Español del AJC
 

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