26 de enero de 2018 – Nueva York – AJC, la organización de activismo judío global, se une a las comunidades judías y a los gobiernos del mundo en la observación del Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto. Como parte de las actividades de recordación, la Junta de Gobernadores del AJC se reunirá mañana para un evento especial en el Museo del Holocausto de Estados Unidos en Washington, D.C.

A continuación, la declaración del AJC:

La ONU designó el 27 de enero como Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto. Éste fue el día, en 1945, en que el ejército soviético liberó Auschwitz, el infame campo de exterminio de la Alemania Nazi, que vino a simbolizar las profundidades demoníacas a las que el Tercer Reich llevó la “industrialización” del genocidio.

En la tradición judía, estamos llamados a recordar (zajor) y a no olvidar (lo tishkaj).

Recordemos...


…a los seis millones de judíos, incluidos un millón y medio de niños, que fueron exterminados en el Holocausto (en hebreo, Shoá).

…los millones de no judíos –polacos, rusos, gitanos, personas con discapacidades, homosexuales y disidentes políticos– asesinados por la implacable barbarie nazi.

...el nuevo alfabeto creado por los Nazis para la llamada “Solución Final” –desde la letra “A” de Auschwitz a la letra “Z” del gas Zyklon-B.

…no sólo las trágicas muertes de los seis millones de judíos, sino también sus vidas –como comerciantes y artesanos, profesionales, científicos y escritores, maestros y estudiantes, madres, padres y niños, jóvenes, esposas y maridos.

…las antiguas civilizaciones judías, llenas de matices y vitalidad, que fueron destruidas –desde Salónica a Vilna, desde Ámsterdam a Praga.

…la pendiente resbaladiza que comenzó con los discursos de un oscuro agitador antisemita llamado Adolfo Hitler y que llevó, en el transcurso de menos de 15 años, a su control total de Alemania.

…a aquellos que no supieron comprender la amenaza emergente del régimen hitleriano, que minimizaron sus desvaríos maníacos en la década de 1930, y que pensaron que una política de apaciguamiento lograría satisfacer su ambición insaciable de poder y conquistas.

…el suelo fértil del antisemitismo europeo –cultivado durante siglos por voces culturales, políticas y religiosas– que creó un clima muy receptivo para los objetivos nazis de eliminar al Pueblo Judío.

…el coraje de Dinamarca, así como de Albania, Bulgaria y Finlandia, por sus esfuerzos extraordinarios para proteger a sus propias comunidades judías.

…el ejemplo de miles de Justos entre las Naciones –tal como se los llama en hebreo. Mujeres y hombres que arriesgaron sus propias vidas –y, en algunos casos, la dieron– para que otros puedan vivir.

…la determinación y el sacrificio de los países Aliados, que, mediante “sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”, como dijo Winston Churchill, vencieron al Tercer Reich.
 

…los sobrevivientes de los campos de exterminio, que soportaron sufrimientos inimaginables y que nos han inspirado con su incansable coraje, espíritu, y deseo de vivir.

…la ausencia de un Israel en esos años de guerra –un Israel que, de haber existido, habría sido un refugio cuando, vergonzosamente, muy pocos países estuvieron dispuestos a recibir refugiados judíos.

No debemos olvidar…

…a aquellos que perecieron a manos del Tercer Reich y sus colaboradores.

…a aquellos que salvaron incluso una vida; ya que, como dice el Talmud: “Quien salva una vida ha salvado al mundo”.

...la antigua enseñanza judía de que todos hemos sido creados “a imagen y semejanza de Dios”.

…la importancia de alzar la voz, con fuerza y sin ambigüedades, y de actuar contra la intolerancia y el fanatismo, donde y cuando quiera se presenten.

...el inextricable vínculo entre democracia, Estado de Derecho, y protección de los derechos humanos.

...la visión de nuestros antiguos profetas de un mundo de justicia, harmonía y paz.

...que cada uno de nosotros, con gestos grandes o pequeños, puede ayudar a que esa visión profética esté cada día más cerca de realizarse.
 

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