Por Samantha Badgen

Hace 20 años, gracias a las enormes reservas de petróleo, Venezuela era el país más próspero de Latinoamérica. Hoy, Venezuela sigue siendo un foco en la región, pero no por su prosperidad, sino por la crisis humanitaria y económica en la que vive su pueblo.

En dos décadas, Venezuela pasó a tener la hiperinflación más alta de la historia y ciudadanos que literalmente mueren de hambre, sin atención médica y protestando contra el gobierno.

Es por esta crisis que Venezuela también enfrenta un éxodo masivo: desde el 2014 alrededor de 3.4 millones de personas han huido en búsqueda de mejores condiciones de vida. Entre ellos,  gran parte de la comunidad judía

De los 20,000 judíos que dejaron Venezuela en los últimos 20 años, la Agencia Judía dice que unos 683 emigraron a Israel entre el 2013 y el 2018, más de la mitad de esos llegaron en los últimos dos años.

 

 

Si bien las cifras de inmigrantes son bajas en comparación con la cantidad de venezolanos que han emigrado a otros países como Colombia y Estados Unidos, emigrar al Estado Judío conlleva beneficios, cómo la ley del retorno, que le da el derecho a la ciudadanía israelí a cualquier que tenga por lo menos un abuelo judío; aparte de clases de hebreo gratuitas, que ayudan con la adaptación. El idioma es la barrera más difícil de sobrepasar para muchos, pero una vez superada les da la oportunidad de vivir como profesionales y ejercer sus respectivas carreras.

Sin embargo, aún con la ley del retorno, la inmigración a Israel demuestra un desafío para los venezolanos, ya que no cuentan con una embajada israelí en su país desde hace una década, cuando el expresidente Hugo Chávez rompió relaciones diplomáticas con el estado judío, eligiendo fomentar las relaciones con países como Irán, que está vinculado a Hezbollah y que  hace varios años opera en Latinoamérica bajo protección del gobierno venezolano.

Los que han gestionado las visas y se encuentran inmersos en el proceso de Aliyah, se ha visto obligados a hacer gestiones a través de la Agencia Judía o de embajadas en países limítrofes, cómo Colombia.

En los últimos años, dado el aumento en el flujo de venezolanos al país, se han formado organizaciones y grupos donde venezolanos recién llegados pueden buscar ayuda de compatriotas que ya estuviesen establecidos en Israel.

Organizaciones como Beit Venezuela, proveen información en sus páginas y en sus redes sociales sobre la vida en Israel para venezolanos que quieran mudarse o ya se hayan mudado, e incluye recursos y servicios de habla hispana dentro del país. Otros recursos para venezolanos (y latinoamericanos) en Israel incluyen la Organización Latinoamericana de España y Portugal (OLEI), que provee datos de bolsas de trabajo, estudios y demás en todo el país.

Los miembros de la comunidad venezolana en Israel se ayudan mutuamente, incluso convocando manifestaciones para pedir que el gobierno de Venezuela permita la ayuda humanitaria a su país, y para recaudar fondos que se usarían para ayudar a los que no tienen la opción de abandonar Venezuela.

Aunque mantienen firme la conexión con su tierra, los venezolanos que deciden empezar de nuevo en Israel forman lazos fuertes con su nueva comunidad y se aseguran de que la comunidad esté preparada para poder acoger a los que sigan llegando. 

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