Por Patricio Abramzon

La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como capital de Israel fue importante desde el punto de vista geopolítico, pero también simbólico. El anuncio ocurrió en vísperas de la festividad judía de Janucá, o Fiesta de las Luminarias, que recuerda la recuperación de la independencia hebrea del yugo heleno, y la posterior purificación del Segundo Templo de Jerusalén, hace aproximadamente 2.200 años.

Los israelíes y el pueblo judío celebraron la declaración. Pero como era de esperarse, la iniciativa no fue recibida de la misma forma por los palestinos, los países musulmanes y los gobiernos europeos. Sin embargo, en las capitales árabes las protestas no fueron tan asertivas como solían serlo en el pasado. ¿Será que el mundo sunita ya no ve a Israel como una amenaza, ni al conflicto con los palestinos como el principal problema en Medio Oriente? Sobre éste y otros temas dialogamos con Juan Dircie, el Director Asociado del Instituto Belfer para Asuntos Latinos y Latinoamericanos del AJC (BILLA), quien enfatiza que reconocer a Jerusalén como capital de Israel es admitir una realidad que existe desde el renacimiento del moderno Estado Judío, hace ya casi 70 años. 

AJC Latino: ¿Cuál es el significado de la decisión del presidente Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel, en vísperas de la festividad judía de Janucá?

JD: Janucá gira esencialmente en torno a Jerusalén y el Templo de Jerusalén. Es una festividad que habla de la libertad política y religiosa del pueblo judío. Janucá es la reafirmación del  espíritu judío que perdura durante siglos y no se resigna a perder a Jerusalén, su ciudad capital, el centro de su vida religiosa y política desde la época del rey David. La decisión del Presidente Trump es el reconocimiento de esa relación histórica en el terreno de las relaciones internacionales actuales.  


AJC Latino: ¿Cómo evalúa las reacciones internacionales ante esta decisión?
 

JD: Creo que las reacciones eran las esperadas, aunque  no deja de sorprenderme la hipocresía de algunos países que ahora se escandalizan ante lo que califican como la ruptura de la imparcialidad en este tema, cuando ellos mismos apoyan resoluciones en foros multilaterales que celebran únicamente el nexo entre el Islam y Jerusalén y niegan toda relación histórica/religiosa entre el pueblo judío y la ciudad santa.   


AJC Latino: ¿Es verdad que, como dijo el Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu, este anuncio sobre Jerusalén ayuda al proceso de paz?

JD: El anuncio del Presidente es uno de los acontecimientos más significativos en el proceso de paz entre palestinos e israelíes durante los últimos años. Implica un cambio fundamental en la postura del principal mediador (Estados Unidos) en uno de los puntos de mayor fricción entre las partes. Creo que puede servir para enviar un llamado de atención a los líderes palestinos a que no sigan rehusándose a las negociaciones bilaterales con Israel, y a que entiendan  que tienen mucho más que ganar participando en negociaciones directas que buscando caminos alternativos, tales como la violencia, el BDS y la presión en organismos internacionales. El liderazgo israelí a su vez, tiene que redoblar sus esfuerzos para continuar buscando la resolución del conflicto a través de la aplicación de la fórmula de dos estados para dos pueblos.

  

AJC Latino: ¿Qué debería ocurrir, de ahora en más, en su opinión?
 

JD: Creo que este anuncio se realiza justamente en un momento en que vemos señales que indican un cambio profundo en la geopolítica y las dinámicas del Medio Oriente. Un notable acercamiento de los regímenes moderados árabes hacia Israel y Occidente y una profundización en el conflicto religioso entre musulmanes sunitas y chiítas que se posiciona nuevamente en el eje regional.

La consolidación de una eventual alianza (explícita o tácita) entre sunitas moderados e Israel, ayudaría a establecer una nueva dinámica donde el conflicto palestino podría ser despojado de la connotación religiosa que algunos radicales islámicos pretenden atribuirle, y ser abordado entonces como lo que realmente es: un conflicto territorial. Este escenario permitiría también la concentración de esfuerzos conjuntos de estos aliados para combatir a la principal amenaza regional y fuente de terrorismo y desestabilización: la República Islámica de Irán.  


Patricio Abramzon es Director Asistente para Medios en Español del AJC

Back to Top