Esta semana tuvo lugar el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto, fecha en la que  se recuerda a los 6 millones de judíos asesinados durante la Segunda Guerra Mundial. Pero también es una ocasión para reconocer y honrar a los miles de no judíos que arriesgaron sus vidas para ayudar a salvar a las víctimas de la persecución y los crímenes  por parte de los nazis y sus colaboradores. 

Llamados Justos entre las Naciones por Yad Vashem, el Centro de Recordación del Holocausto ubicado en Jerusalem, estos héroes provinieron de más de 50 países, la gran mayoría europeos, pero también de países iberoamericanos como Brasil, Bolivia, El Salvador, Cuba, Ecuador, Chile, Portugal y España. 

En momentos donde muchos mostraron una lamentable indiferencia ante las atrocidades cometidas por los nazis, las acciones de un portugués en Francia lograron salvar 30,000 vidas y las de un salvadoreño en Ginebra 40,000, entre otros.

Para honrar su memoria, repasamos 5 historias de individuos que mostraron increíble valor y liderazgo moral ante el sufrimiento humano del que fueron testigos. En momentos donde se está viendo un preocupante resurgimiento de antisemitismo por todo el mundo, estos Justos entre las Naciones representan un ejemplo a seguir para reaccionar preventivamente y evitar que la historia se repita. 

Coronel José Alvaro Castellanos, El Salvador

Jose Castellanos, imágen cortesía de Yad Vashem

Coronel y diplómata de carrera, José Álvaro Castellanos supo aprovechar su puesto como Cónsul General de El Salvador en Ginebra  para salvar la vida de más de 40,000 judíos. 

Antes de ser Cónsul en dicha ciudad suiza,  Castellanos ejerció el mismo puesto en Hamburgo, Alemania. Al ver las desesperadas circunstancias a las que se enfrentaban los judíos al final de la década de los treintas, Castellanos pidió varias veces permiso para otorgar visas que ayudarían a miles a salir de Alemania, pero sus pedidos fueron denegados. 

Según los archivos de Yad Vashem, fue en 1941, ya instalado en Ginebra,, qué Castellanos decidió desobedecer las instrucciones de sus superiores. Para prevenir la deportación y consecuente sentencia de muerte de judíos europeos, el consulado salvadoreño otorgó miles de certificados de ciudadanía a personas sin conexión alguna con El Salvador y que ni siquiera hablaban español. 

En 1944, un nuevo gobierno en El Salvador representó un cambio de postura hacia las atrocidades cometidas contra los judíos en Europa, y los esfuerzos de Castellanos recibieron apoyo oficial.

Castellanos fue  reconocido póstumamente como un Justo entre Naciones oficialmente en 2010 por Yad Vashem, pero previamente fue reconocido por el Consejo Municipal de Jerusalem en 1999, cuando nombraron una calle en su honor. 

Arístides de Sousa Mendes, Portugal

Arístides Mendes, cortesía Yad Vashem

“Si miles de judíos están sufriendo por un cristiano, entonces seguramente un cristiano puede sufrir por tantos judíos”, así explicó Arístides de Sousa Mendes sus acciones como Cónsul General portugués en Francia durante la ocupación alemana, cuando otorgó miles de visas de tránsito para que los que escapaban la ocupación alemana pudiesen entrar a Portugal y desde ahí viajar hacia América.

El gobierno de Portugal, en ese momento controlado por António De Oliveira Salazar, solo les permitía la entrada a quienes ya tuviesen visas de tránsito, y había dado órdenes de no otorgar más documentos. 

De Sousa Mendes ignoró dichas instrucciones y decidió ayudar a los que huían desesperadamente de los nazis, otorgando papeles de viaje a todos los que los precisaban, incluso si no podían pagar por ellos. Se estima que salvo 30,000 vidas, 10,000 de ellas judías.

Por sus acciones,de Sousa Mendes fue destituido por su gobierno, y murió en condiciones de pobreza en 1954. Ocho años después, en 1966, Yad Vashem reconoció a de Sousa Mendes como un Justo entre las Naciones. Tuvieron que transcurrir más de dos décadas para que el gobierno portugués restaurara oficialmente su memoria y le otorgara la medalla Orden de Libertad, uno de los honores más altos de Portugal. 

A principios de enero 2020, el gobierno israelí anunció que de Sousa Mendes será inmortalizado con una plaza en su nombre en Jerusalem, que será inaugurada en junio. 

Amparo Otero Pappo, Cuba

Amparo Pappo

Originaria de Cuba, Amparo Otero Pappo se había casado con un hombre judío y vivía en París cuando el ejército alemán invadió Francia. Viuda y con un hijo, huyó al sur del país para escapar la ocupación. 

Aunque su vida no era fácil, Otero Pappo sintió que era su deber ayudar a los que lo necesitaban. Organizó eventos para niños cuyos padres eran prisioneros de guerra, y le abrió las puertas de su hogar a tres niños judíos que también huían del ejército nazi: Jacqueline, Chaim, sobrinos de su difunto esposo, y Liliane, una niña judía.

La familia de Liliane había huído a las montañas, pero habían mandado a su hija a vivir en el sur, donde Otero Pappo la escondió. 

Según el relato de Liliane a Yad Vashem, por cuestiones de seguridad nunca pudo ir a la escuela, pero Otero Pappo consiguió  lecciones privadas. Fue Liliane quién le solicitó a Yad Vashem que Otero Pappo fuese honrada entre los Justos entre las Naciones, pedido que fue reconocido en 2011.

María Errazuriz, Chile

Maria Errazuriz, cortesía Yad Vashem

María Errazuriz vivió en París durante la ocupación alemana, donde trabajó en el Hospital Judío Rothschild, cuya meta a partir de 1942 fue esconder y salvar la mayor cantidad de judíos posible. 

Como integrante de la resistencia francesa, Errazuriz tuvo un papel clave en las acciones rescatistas del hospital, que incluyeron falsificar documentos y enviar refugiados, la gran mayoría niños, a instituciones cristianas o familias que estuviesen dispuestas a darles albergue.

Según su testimonio a Yad Vashem, Betty Friedman llegó al hospital con su madre cuando tenía 8 años. Aunque no pudieron salvar a su madre del campo de concentración de Auschwitz, “la tía María” fue el cerebro que ideó el escape de Friedman, y se ocupó de la niña después de la liberación de Francia. 

En 2005, fue oficialmente reconocida como Justa entre las Naciones debido al testimonio de Friedman y de varios otros que sobrevivieron al Holocausto gracias a los esfuerzos de Errazuriz.

 

Aracy de Carvalho Guimarães Rosa, Brasil

Aracy de Carvalho estaba a cargo de la sección de visas y pasaportes en el Consulado Brasileño de Hamburgo, Alemania en 1938. En esa capacidad, ayudó a muchos judíos a obtener visas brasileñas, incluso los que no podían pagar por los documentos, para que pudiesen salir de Alemania. 

Según un reportaje en el periódico israelí Times of Israel, una de las maneras con las que Carvalho evitó ser detectada era omitir la “J” con la que el gobierno alemán obligaba a los judíos a identificarse. De esta forma, las personas podían salir sin ser detectadas y evitar ser deportados a los campos de concentración.

También le dió albergue a una pareja judía durante los terribles eventos de la Noche de los Cristales Rotos (Kristallnacht), a quiénes también ayudó a huir luego de los hechos.

Yad Vashem reconoció a Carvalho como parte de los Justos entre las Naciones en 1982, y el gobierno de Brasil conmemoró sus esfuerzos con una estampilla de correo en diciembre de 2019. 

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